Hace muchos años mientras cursaba el Profesorado de Enseñanza Primaria, conocí a una profesora de literatura que insistía en que nos acercáramos a un libro llamado “El Nuevo escriturón” de Gustavo Bombini y Maite Alvarado, (Ed. EL HACEDOR) quienes habían retomado una vieja idea para que los niños y niñas en la escuela recuperaran el amor por la escritura, una herramienta que en Rusia, Vladimir Propp se había encargado de construir en la observación de sus alumnos y que Gianni Rodari transformó en un objeto maravilloso para escribir.
Si bien este problema no es nuevo, muchos docentes sienten que sus alumnos están cada vez más alejados de estas prácticas y no encuentran la forma de cambiar costumbres que comienzan a enraizarse.
Es cierto que las nuevas tecnologías traen otras formas de comunicación, otras representaciones para enfrentarse y abordar textos. Sin embargo, en mi opinión, esto no va en desmedro de la escritura o de la lectura sino que trae una transformación sustancial en la relación de los sujetos con estas habilidades.
De todas maneras nosotros, como educadores, no podemos alejarnos de la realidad que transita la sociedad en el siglo XXI y debemos estar atentos a seguir construyendo sujetos en las aulas, capaces de leer, comprender, interpretar y recrear diversos tipos de textos y también estar capacitados para poder escribir otros con las herramientas que los adultos en general, dentro y fuera del aula, les podamos brindar.
Por otro lado es factible que los docentes nos preguntemos para qué sirve lo que enseñamos en la escuela. ¿Para qué sirve la escritura? ¿Qué es comunicarse? Y con un sentido crítico intentar transmitir nuestras conclusiones para que nuestros alumnos también encuentren en este aprendizaje una necesidad que hay que satisfacer.
Entonces tenemos las dos puntas necesarias para que se produzca el aprendizaje: el interés y la necesidad. No necesitamos más, ni siquiera un maestro frente a ellos para que les enseñe. El juego está planteado.
¿Quién fue Vladimir Yakovlevich Propp?
Desde hace quince años escucho hablar de las Cartas de Propp, con las que trabajo, creo con mis alumnos y me divierto con sus historias pero… ¿quién habrá sido Vladimir Propp?
Investigando descubrí que se trata de un folklorista ruso, nacido en abril de 1895. Fue un estudioso de la literatura folklórica de su país, que adhirió al estructuralismo y cuyos estudios fueron tomados recién a mediados del siglo XX por intelectuales occidentales como por ejemplo Levi Strauss.
Editó en 1928 un libro donde investigó exhaustivamente la morfología del cuento mientras buscaba una forma nueva de clasificar a los cuentos estableciendo ciertos ordenamientos y llegando finalmente a la conclusión de que en los cuentos fantásticos, maravillosos o tradicionales, existen ciertos temas o “funciones”, como él las llamó, que están presentes en todas las producciones, aunque no todas aparecen necesariamente en un mismo cuento. Enumeró treinta y una funciones que se repiten indefectiblemente en los cuentos fantásticos y/o maravillosos. Descubrió entonces estructuras similares en estos cuentos que incluso seguían un orden determinado, sin importar cuán diferentes pudieran ser los personajes que asomaban en los textos.
Sus investigaciones durante la Rusia de Stalin tomaron un tiempo considerable para llegar a occidente y conocerse en nuestra cultura.
Murió en Leningrado un día de agosto de 1970, dejando un legado de gran riqueza para que los niños inicien el camino del placer por la escritura.
LAS FUNCIONES
Los cuentos se pueden dividir en diferentes partes, que son las partes constitutivas del mismo. El resultado de esta división será la descripción de los cuentos según la relación que tengan esas partes entre sí y con el conjunto.
En todos los cuentos hay valores constantes y valores que son variables. Cambian los nombres, las características, particularidades de los personajes y lugares. Lo que permanece constante son las acciones de los personajes, es decir las “funciones”. Este concepto nos permite estudiar los cuentos y analizarlos encontrando que dichas funciones se repiten de manera sorprendente, ya que los personajes de los cuentos siempre ejecutan las mismas acciones. Entonces cuando hablamos de funciones nos referimos a los movimientos que realizan los personajes y que van llevando adelante la trama del cuento.
Las funciones son parte constitutiva de los cuentos, fundamentales, ineludibles. Según Propp, la sucesión de las funciones es siempre idéntica. Sin embargo el uso de ellas en el juego de las cartas demostrará que esto no es así ya que las combinaciones posibles son infinitas. Y por otro lado tengamos presente que un cuento no expondrá las treinta y una funciones sino que contará con un número limitado de ellas.
- Alejamiento: Se trata de uno de los miembros de la familia que se aleja de la casa. Esto puede trasladarse a cualquier personaje del cuento. Incluso puede tratarse de la muerte de algún personaje secundario que implique un movimiento para el protagonista o para el devenir de la historia.
- Prohibición: El protagonista sufre por la imposición de una prohibición. En ocasiones la prohibición se disfraza con otras formas como un consejo o aviso.
- Trasgresión: El héroe del cuento trasgrede la prohibición impuesta. Aunque esta función va de la mano con la anterior puede aparecer aunque ésta no lo haga.
- Buscando datos: El agresor o antagonista intenta obtener noticias con estrategias diversas como en un interrogatorio.
- Recibiendo noticias: El agresor o antagonista recibe informaciones sobre la víctima y obra en consecuencia.
- Engaño: El agresor intenta engañar a su víctima, que generalmente resulta ser el protagonista, para apoderarse de ella o sus bienes. Esto puede darse a través de una transformación del malo por ejemplo como en “La Bella Durmiente”.
- Complicidad: La víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo, sin proponérselo. En general esta función conlleva un acto de violencia donde alguien es atrapado.
- Una mala acción: El agresor daña a uno de los personajes o le causa perjuicios. Esta función suele darle al cuento el movimiento necesario para que sea un cuento. Puede tratarse de un robo o de un rapto por ejemplo.
- Una falta: Algo le falta a uno de los personajes del cuento o bien uno de ellos tiene ganas de poseer algo.
- Intento de solucionar un conflicto: Este es un momento de transición, donde se divulga la noticia de la maldad o de la falta. Se dirigen al héroe con una pregunta o una orden, se le llama o se le hace partir.
- Acción contraria: El héroe o protagonista acepta la orden o decide actuar en contra de ella.
- Partida: el héroe se va de su casa o de su pueblo en busca de algo, quizás sólo de aventuras. A veces se convierte en una huida.
- Una prueba para el héroe: el héroe sufre una prueba, un cuestionario, un ataque, que le preparan para recibir un objeto mágico. Puede haber distintos tipos de peticiones.
- Reacción del héroe: El héroe reacciona ante las acciones de quien va a entregarle ese objeto mágico y esta reacción puede ser negativa o positiva., según las circunstancias.
- Un objeto mágico: El objeto mágico pasa a manos del héroe. Estos objetos pueden ser animales, joyas o personas y puede ser dado de diversas formas.
- El héroe se acerca: el héroe es transportado, conducido o llevado cerca del lugar donde se halla el objeto de su búsqueda.
- Combate: el héroe y su agresor se enfrentan en un combate, en una competencia o muerto sin combate.. El héroe recibe una marca que lo acompañará hasta el desenlace del cuento.
- Victoria: El agresor es vencido por el héroe.
- Reparación: La mala acción inicial es reparada o la falta colmada.
- La vuelta: El héroe regresa de su aventura o viaje.
- Persecución: El héroe es perseguido.
- Ayuda para el héroe: El héroe es auxiliado.
- Llegada de incógnito: El héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca.
- Un engaño: Un falso héroe reivindica para sí pretensiones engañosas.
- Tarea difícil: El héroe debe realizar una tarea difícil.
- Tarea cumplida: La tarea encomendada es realizada satisfactoriamente.
- Reconocimiento: El héroe es reconocido.
- Descubrimiento: El falso héroe o el agresor, el malvado, queda desenmascarado.
- Transfiguración: El héroe o protagonista recibe una nueva apariencia.
- Castigo: El falso héroe o el agresor es castigado.
- La boda: El héroe se casa y asciende al trono.
LAS CARTAS
Gianni Rodari, el prestigioso escritor italiano, fue su creador. Tomó las funciones que Propp describiera, elaborando las cartas en forma amena y divertida para que los chicos sintieran que también pueden escribir cuentos maravillosos, o de los otros.
Los niños, quienes aún no se han convertido en escritores, van a jugar a serlo y para eso necesitarán de una guía. Las cartas adquieren este papel.
El juego nace de la necesidad de algunos pedagogos, como el mismo Rodari, que decidieron utilizar su descubrimiento a manera de herramienta o recurso pedagógico.
Pero las cartas no tienen siempre el mismo significado; éste varía según quien la utilice y más aún, según la historia que se empiece a tejer a su alrededor. Las posibilidades son infinitas.
PROPUESTAS Y ACTIVIDADES PARA LA UTILIZACIÓN DE LAS CARTAS
Seguramente cada docente, al conocer las cartas, irá buscando nuevas actividades pero aquí propongo algunas que me han dado buen resultado:
El primer acercamiento de los chicos a las cartas puede plantearse con una actividad grupal que les permita relajarse y utilizarlas sin sentir la presión del trabajo escrito e individual.
Se colocan todas las cartas en el piso, a lo largo del salón, de forma que no puedan leerse. Los chicos se sientan rodeando las cartas. El maestro toma una carta cualquiera y comienza a contar un cuento. Así sugiere la primera historia que servirá como ejemplo. Llega un momento en que el docente deja de contar y le pide a otro chico que tome una nueva carta y continúe la historia. Se irá creando un cuento que puede tener tres o quizás diez funciones, todas las que el grupo desee imaginar. Generalmente la primera experiencia resulta larga para los niños porque no quieren dejar de hilvanar las cartas, pero finalmente se dan cuenta de que el cuento se vuelve incoherente o tiene demasiados temas. Dejan de lado el primer nudo, para dedicarse a otros, así que deciden volver a empezar e intentar trabajar con menos cartas. La segunda experiencia entonces resulta enriquecedora, eligen tres o cuatro cartas y comienzan a inventar.
Es útil dividirlos en pequeños grupos para hacerlo más dinámico. Esto puede surgir de ellos o bien ser una sugerencia del docente que acompaña.
Si el docente necesita guiar la acción puede elegir tres cartas que estén ordenadas cronológicamente como las pensó Propp y luego combinarlas al azar, seguramente los chicos se divertirán viendo las diferencias.
En otro momento se pueden proponer tres cartas como por ejemplo:
- Lucha entre el héroe y el antagonista
- Victoria sobre el antagonista
- Castigo del antagonista
En este caso se puede pedir que trabajen en forma individual. Luego solicitarles que expongan sus cuentos. Los resultados serán divertidos porque notarán cómo con las mismas funciones se pueden obtener productos totalmente diferentes.
En otra ocasión se puede pedir que elijan en secreto tres cartas en forma grupal y escriban el cuento para después pasárselo a otro grupo que deberá descubrir cuales fueron las cartas utilizadas. Este resulta un buen ejercicio de comprensión lectora.
Para lograr óptimos resultados es imprescindible transformar el aula en un taller donde cada uno se ubique en el lugar más cómodo, en el suelo o si hay posibilidades fuera del aula. Funciona cambiar de ambiente como por ejemplo la biblioteca o el patio de la escuela. Eso libera la imaginación.
Con mis alumnos muchas veces me sucede que quieren inventar nuevas cartas. Así surgen funciones que pueden incluirse en las categorías que Propp pensó pero luego se suma otra que es “MUERTE DEL HÉROE” lo cual se circunscribe a los cuentos modernos o policiales, que son los géneros de su preferencia.
La escritura es un acto creativo y libre que implica comunicarse, que necesita de un lector real, un destinatario del texto y entonces surge la necesidad de ser claro y preciso en lo que se escribe.
A partir del juego con las cartas de Propp podemos obtener otros productos que no son cuentos pero que obligan a comunicarnos, como una revista, una obra de teatro o un afiche. Este recurso entonces es sólo el comienzo de un camino hacia la comunicación.
En mi caso, cuando uso las cartas, suelo terminar el año con la presentación de un libro con los cuentos producidos por los chicos a partir de las cartas de Propp, que hacemos en un espacio especial, con invitación a los papás, que a veces llamamos “YOGUR LITERARIO” (para no decir “CAFÉ LITERARIO”) donde todos los participantes tienen la oportunidad de leer sus cuentos, que han sido trabajados durante el año. Una punta más para pensar una escuela de todos y para todos, para reflexionar sobre el rol que la escuela tiene en nuestra sociedad y que permite a los alumnos mostrar sus creaciones volviéndolas útiles, con un sentido social y cultural, con un valor que excede lo escolar poniendo a la escuela en un lugar de producción y no solo de reproducción, que es donde debe estar.
Bibliografía
“Morfología del cuento” de Vladimir Propp (1928)
“Raíces históricas del cuento de hadas” Vladimir Propp (1946)
“Gramática de la Fantasía” Gianni Rodari, Ediciones Colihue (1993)
“Ejercicios de fantasía” Gianni Rodari (1987)
No hay comentarios:
Publicar un comentario