jueves, 10 de octubre de 2013

PONENCIA PARA EL 1º CONGRESO INTERNACIONAL DE CONVIVENCIA POSITIVA (FEPAIS)
LAS PRÁCTICAS DOCENTES DEL SIGLO XXI:
¿CÓMO ABORDAR LOS NUEVOS MODOS DE CONOCER EN EL AULA?

DESARROLLO

Esta experiencia que hoy vamos a contar se desarrolló en el año 2012 cuando los chicos recibieron las netbook en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
Nosotras trabajamos realizando cursos para docentes en la Provincia de Buenos Aires, aportando propuestas didácticas para el trabajo en el aula. En una ocasión trabajando sobre la web 2.0 pensamos en la experiencia que hoy vamos a relatar y que Silvia llevó adelante con su grupo de alumnos en una escuela pública de la Ciudad de Buenos Aires.

Para comenzar  citamos a Roberto Igarza, quien viene trabajando arduamente en los nuevos modos de conocer en lo que él denomina la ERA 2.0:
“La escuela no podrá evitar los debates acerca de cómo se produce y distribuye el conocimiento en la nueva era a partir de las lecturas colectivas en las redes sociales. …Le será cada vez más difícil mostrar sus aulas desconectadas completamente de aquello que la gente ha descubierto y que, por el momento al menos, no desea abandonar como práctica social por ningún motivo.”[1]
El siglo XXI nos trae los efectos producidos por la revolución de la información y las comunicaciones que comenzaran en el siglo anterior. Estas transformaciones causan un aumento de la complejidad de la sociedad y de las organizaciones y su forma de vincularse con el entorno.
En la última década, con la difusión de los nuevos medios de comunicación digitales, las nuevas tecnologías,  han producido grandes cambios en la vida personal, laboral, grupal y social. Con este nuevo escenario, la educación también se ve inmersa en una nueva realidad y debe transformarse para subsistir. Aparecen así cambios en las formas de circulación y apropiación del conocimiento, cambios que implican otras construcciones como por ejemplo nuevos espacios educativos en línea.
Los jóvenes incorporan las NTIC de un modo complejo, discontinuo, fragmentado, a diferencia de la propuesta clásica escolar. Su relación con internet, por ejemplo,  va profundizando cada vez más el desencuentro con los productos culturales de la escuela.
Internet y la escuela son dos mundos que merecen interactuar y ser unidos porque ambos son motores de la producción y distribución del conocimiento en la actualidad. Es un trabajo enorme pero posible y nosotros, los docentes, somos los encargados de realizar esa unión.
Cuando hablamos de cultura mediática estamos haciendo referencia no sólo a las TIC y a aparatos tecnológicos sino que además hablamos de un potencial transformador de la subjetividad y de la sensibilidad de la sociedad actual. Y esto implica cambios profundos en las prácticas áulicas, en las representaciones tanto de docentes como de estudiantes y en los saberes socialmente válidos.
Luis Alberto Quevedo describe claramente el cambio que estamos viviendo. Él dice que: “En este nuevo mundo de las tecnologías de la comunicación, la escuela ha sido y es una de las instituciones que más sufrió el impacto de las transformaciones culturales que se viven como consecuencia de la expansión de los medios primero y de la digitalización después. Sin embargo, y desde hace más de 50 años, la escuela es también la institución que más resistencias le opone a estas transformaciones de época. La escuela moderna fue concebida dentro del universo que Marshall McLuhan bautizó como “la galaxia Gutemberg”, es decir, un mundo dominado por la lógica del libro (cuya base es la estructura de la linealidad y el orden secuencial) y que encontró en la escuela no solamente a su más sólido aliado sino también a la institución que garantizaba la transmisión y reproducción de los saberes consagrados en la cultura letrada. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación no han hecho otra cosa que erosionar las bases mismas en que se asienta la escuela del siglo XIX, pero no ha recibido de parte de ella una acogida entusiasta sino que más bien la escuela percibe a los medios como una amenaza. Sin embargo, el cambio que deberá aceptar y asumir resulta inevitable”.
La cultura 2.0 llegó y se instaló en nuestra sociedad. Esto no tiene retorno. Por ese motivo los docentes debemos hacer una profunda reflexión despojada de pesimismo y muchas veces de enojo que nos permita adentrarnos en los nuevos modos de conocer de nuestros estudiantes y así favorecer los procesos de aprendizaje. Por otra parte es inevitable ver cómo este acceso a la información y al saber es democratizador dentro de las aulas.
Desde los diseños curriculares que se proponen hoy en Argentina se dice que la incorporación de los lenguajes y los soportes audiovisuales y digitales permitirá un acercamiento a la cultura y a las competencias de los estudiantes.
En un mundo de discursos y sentidos diversos –ideologías, formatos, soportes y lenguajes- que forman parte de los saberes previos de los alumnos/as, la escuela debe atender a este descentramiento en los modos de saber y de acceso al conocimiento tradicional, asumiendo el desafío que plantea la imagen, lo audiovisual y lo digital en los modos de conocer.

Por otra parte comprender las redes sociales y su utilización es el comienzo para comprender las nuevas formas de lectura y escritura que se dan entre nuestros alumnos y muchas veces ya entre nosotros mismos.
Muchos de ustedes dirán que les resulta difícil leer en una pantalla. Esto es porque somos inmigrantes digitales, con lo cual debemos hacer un esfuerzo para aprender a hacer otro tipo de lecturas, muy diferentes a la lineal que plantea el libro.
Quienes son nativos digitales, justamente hablamos de los estudiantes que hoy pueblan nuestras aulas, si bien realizan comúnmente lecturas complejas en pantalla, no dejan de hacer lecturas lineales en el libro, incluso en los e-books. Esto nos da la pauta de que ambos formatos pueden ser complementarios. Es por eso que los adultos, y sobre todo aquellos que trabajamos con estos estudiantes no podemos dejar de aprender, de interiorizarnos con estos nuevos modelos de lecturas.
Si conocemos las redes sociales podremos comprender el alcance que éstas tienen a la hora de hacer aprendizajes colaborativos o lecturas colectivas. Esto implica realizar lecturas y producir escrituras colectivas. Es decir, todos y todas podemos cambiar, añadir, modificar, en definitiva compartir información que deja de ser de uno para ser de todos.
Alvin Toffler habla de prosumidores para referirse a los usuarios actuales de tecnología que producen a la vez que consumen información en la web. Este término es un apócope de las palabras productor y consumidor. Llamamos prosumidores entonces a los productores de bienes, productos, servicios que se pueden intercambiar en la web.
Podemos decir entonces que la institución escuela ha perdido la exclusividad y la educación se ha transformado en una rueda de la cual la escuela es el centro, que está conectada por una serie de rayos a otros lugares de aprendizajes como Internet, la cultura popular y otros medios masivos de comunicación.

La revolución digital ha dado lugar a otros lenguajes y nuevos procesos comunicativos. Estos nuevos entornos demandan habilidades y destrezas ya que las oportunidades para el progreso no están en las tecnologías sino en las prácticas sociales.  La escuela debe ineludiblemente asumir el desafío que plantea la imagen, lo audiovisual y lo digital en los modos de conocer para evitar la desigualdad social. De eso se trata leer y escribir, ya no podemos definir estos procesos como meras decodificaciones de textos escritos o su producción. Ahora se trata de una combinación de elementos entre los que aparecen imágenes y videos por ejemplo.
Desde las diferentes jurisdicciones en nuestro país se vienen implementando políticas al respecto.
Desde el año 1995 en la Ciudad de Buenos Aires, donde desarrollamos nuestra tarea, se comienza a trabajar con laboratorios de informática en las escuelas con la incorporación de un docente facilitador del área.  Actualmente, como decíamos, ya se implementó el proyecto aulas en red, trabajando en un modelo 1 a 1.
En este contexto es que venimos trabajando juntas.

NUESTRA EXPERIENCIA: CONFECCIONANDO UN VIDEO EN EL AULA
Este proyecto se desarrolló en un grupo de 6º grado con alumnos provenientes de familias de bajos recursos, muchos de ellos inmigrantes de países limítrofes.
Organizamos la tarea alrededor de un proyecto sobre el bloque “Los seres vivos” en Ciencias Naturales como lo marca el diseño curricular. Dentro del mismo trabajamos la diversidad ambiental y la diversidad biológica, en particular la noción de extinción de especies, analizando casos particulares de animales actuales en peligro de extinción.
La idea fue realizar un video explicativo usando un editor de videos. Utilizamos este recurso porque notamos que nuestros alumnos en su vida cotidiana recurrían permanentemente a la realización de presentaciones simples con fotografías y música. Éste era un recurso conocido por ellos y entonces se nos ocurrió agregarles un programa más complejo a sus conocimientos para que lo pudieran aprovechar.
El objetivo que se plantearon los chicos, fue hacer tomar conciencia a la comunidad de los animales autóctonos americanos que están en peligro de extinción exhibiendo el video en el acto del Día de la Diversidad Cultural.
Antes de llegar a la clase que vamos a relatar creemos importante contar cómo arribamos a esa instancia ya que la planificación y el seguimiento resulta fundamental para entender el producto final.
En primer lugar cada chico contaba con la información recabada del animal elegido, ya evaluada por el grupo, la cual incluía aspectos como el hábitat, tipo de alimentación, reproducción y causas que llevaron a que ese animal hoy se encuentre en peligro de extinción. La búsqueda de esta información tuvo una secuencia de trabajo que incluía lectura de imágenes y videos con diversidad de materiales sacados de diferentes sitios como por ejemplo Discovery Channel y Animal Planet, entre otros con mi asesoramiento.
Aquí vemos en juego los nuevos modos de conocer en acción donde lo audiovisual es preeminente en el aula de hoy.
Los estudiantes también hicieron su propia selección de información con búsquedas personales chequeadas previamente por mí lo cual es fundamental para trabajar con material veraz y pertinente.
Logramos así armar un banco de imágenes a partir de estas búsquedas obteniendo unas veinte imágenes. Algunas resultaron muy difíciles de encontrar como por ejemplo las referidas a la alimentación donde pretendíamos encontrar animales cazando pero aparecían cazadores humanos y no era lo esperable.
Por otra parte hubo un espacio previo, exploratorio del programa de edición de videos. Ahí trabajamos con el tutorial respectivo y realizamos una prueba piloto importando imágenes y videos, aprendiendo a escribir en el programa y a tomar los tiempos para que hubiera coincidencia entre imágenes y textos informativos.

Luego de esto llegamos al momento de producir individualmente los textos que incluían imágenes. Como finalmente se iba a editar todo el trabajo en un solo archivo había pautas claras que cumplir armadas en el grupo total. Lo primero que debía aparecer en el trabajo era el nombre del animal y alguna característica. Luego el ambiente donde se desarrollaba incluyendo información de la zona geográfica. Así fue que surgió la idea de presentar un mapa de cada zona.
En este punto nos gustaría resaltar que la presencia del mapa no fue planificada previamente por nosotras sino que surgió como necesidad para que el video fuera más explicativo. Los chicos en este caso tomaron decisiones al respecto haciendo que nosotras como docentes fuéramos flexibles y abiertas, percibiendo una necesidad para el trabajo que no teníamos prevista. Para esto me puse de acuerdo con la maestra de Ciencias Sociales quien a partir de ese momento hizo una nueva planificación para ahondar en este contenido desde su área.
Seguimos adelante y en un momento tuvimos que resolver algunos problemas como por ejemplo la forma de sintetizar la información en pocas palabras, ya que los espacios para poner los títulos y las explicaciones son breves. En la dinámica de esta clase un grupo se dio cuenta de la situación cuando empezó a escribir y el programa le negaba continuar. Al pedir ayuda,  yo como guía, comencé a pensar con ellos posibles soluciones. Los chicos contaban los caracteres para no pasarse y ahí se me ocurrió compararlo con el Twitter.  No fue tarea fácil y durante un largo rato pedían que yo mirara lo que escribían para estar seguros de no hacer cambios sustanciales en el contenido.
Analizando esta situación remarcamos la importancia de que los docentes seamos usuarios y por eso queremos notar que pude hacer esta comparación con twitter, que tampoco estaba planificada, gracias a que estoy acostumbrada a hacer esta tarea.
 Otro problema que apareció fue el manejo de los tiempos. Frente a la necesidad de estirar el tiempo de duración de una imagen yo no tuve respuestas  inmediatas (ya que si bien somos usuarias lo somos como inmigrantes digitales).
Allí se produjo una situación que me sorprendió y me demostró los saberes que estos niños tienen y pueden poner en práctica en la escuela. Uno de mis alumnos se puso a probar cómo resolver esta eventualidad logrando una secuencia de acciones en el programa que facilitó esta tarea.
(“ cliqueá acá, andá a este ícono, desplegá esta barra” fueron las palabras que se escuchaban) Entonces de pronto me di cuenta con gran satisfacción que William estaba conduciendo la clase, haciendo que todo el grupo y hasta yo misma hiciéramos nuevos aprendizajes.
Cabe destacar que los tiempos en los que trabajamos son muy diferentes a los de una clase tradicional ya que no todos los chicos avanzaban de la misma forma. Los recursos hacen que los tiempos sean realmente individuales y entendí que parte de mi función consistía en acotar la tarea y darle un punto final.
CONCLUSION
Para concluir queremos reflexionar acerca del cambio que la escuela ha sufrido perdiendo la exclusividad en los procesos de enseñanza dando lugar a un aprendizaje ubicuo tal como dice Nicholas Burbules.
A partir de esta experiencia podemos comprobar que los procesos de aprendizaje de lectura y escritura que los chicos realizan tanto en la escuela como fuera de ella han cambiado. La realidad que nos circunda es compleja y esto implica no tener recetas, estar abiertos y flexibles para aceptar modificaciones, escuchar los saberes previos de nuestros alumnos, estar atentos a los eventos que suceden y poder accionar frente a ellos aún a costa de cambiar nuestras planificaciones.
De esta manera aportamos nuevos elementos en relación a las formas de trabajo en el aula para seguir construyendo este novedoso concepto de lectura y escritura con soportes diversos que incluyen videos, fotografías, entre otras cosas además de los clásicos textos.
Finalmente podríamos pensar que es necesaria una escuela que se reencuentre con su rol innovador culturalmente hablando, donde se pueda integrar a las NTIC con sus lógicas particulares para cambiar y recrear conocimientos, produciendo contenidos escolares. 
Los docentes debemos pensar en los riesgos, los miedos que nos producen las NTIC pero estos no nos deben paralizar ya que necesitamos ser partícipes del cambio y no permitir que otros, por fuera de la educación, tomen en sus manos decisiones que atañen exclusivamente a la escuela y a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
A pesar de los nuevos entornos digitales seguimos siendo los responsables de la educación de las nuevas generaciones. Conozcamos los peligros y al mismo tiempo utilicemos las potencialidades que las NTIC nos brindan. Sepamos que estas nuevas herramientas pueden mejorar la calidad del vínculo docente-estudiante, lograr captar la atención de nuestros niños con mayor éxito haciendo los contenidos más interesantes.
Si esto nos produce miedo sólo lograremos debilitar ese vínculo y por lo tanto debilitar a la escuela y la educación. Debemos resistir, no rendirnos.
A pesar de que aún la escuela no ha tomado este rol innovador en forma sistemática, confiamos en que a partir del reconocimiento del nuevo mundo digital en el que están naciendo nuestros chicos, podamos retomarlo y lograr cambios permanentes que permitan que la escuela siga siendo un lugar de aprendizaje significativo para nuestros niños nativos digitales.
Nuestra conclusión entonces parafraseando a Nicholas Burbules es:
SE PRODUCE CONOCIMIENTO EN TODAS PARTES, Y ESTA PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO TIENE LUGAR TODO EL TIEMPO Y DE MUY DIVERSAS FORMAS.




[1] IGARZA, Roberto “Las formas de conocer en la Era 2.0. Hacia un nuevo pacto educativo”  (Informe de Desarrollo Humano, PBA, 2011) pág 200

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